jueves, 31 de marzo de 2011

La Blackberry.-


La Blackberry.-

Pocos minutos antes de la reunión que teníamos cada viernes para rendir cuentas  de cómo había ido la marcha del negocio durante la semana, Federico  recibió un mensaje en su Blackberry, lógicamente no  pudo resistirse a abrirlo de inmediato.
 
Nunca esta maquinita le había sido de tanta ayuda como aquel día, que solía  ser el que D. Anselmo elegía, para dar las malas noticias y así amargar los fines de semana al prójimo. Ésta vez el correo decía lo siguiente:

“El martes día 15 de los cttes., a las 11 horas le esperamos en nuestras oficinas de la calle  Silva nº 21 en Madrid, para cerrar con Vd., el contrato de trabajo “

— ¿Qué tal Federico, como han ido las ventas en el departamento esta semana? Hace algún tiempo que no tenemos ninguna buena noticia.

—Verá D. Anselmo. Que quiere que le diga. Como siempre. ¿Es que todavía no se ha enterado Vd.,  de como está el mercado? “Federico pensó que si esta vez traspasaba el límite de lo tolerable, no sabría si iba a ser capaz de aguantar o mandarle a la mierda de una vez por todas”.

—Pues verá Federico ya que me lo pone tan fácil, le diré que aquí no estamos para quedarnos cruzados de brazos ni Vd., ni yo y que las leyes del mercado se cambian con un sobreesfuerzo si es preciso, o no se ha dado cuenta de que, de ésta empresa viven un montón de familias, que comen todos los días.

—“Federico agachó la cabeza y durante unos instantes se quedo pensando si realmente merecía la pena contestarle o no”, pero no le estaba dando ninguna opción, al momento D. Anselmo volvía a la carga de nuevo diciendo:

—Si por lo que le pagan me va a seguir diciendo las mismas cosas, no me va a quedar más remedio que tomar alguna determinación, ¿acaso no se le ocurre otra cosa?

—No sé bien lo que quiere decir, pero  parece que es el momento de buscar alguna solución al caso. Estoy ansioso por oír lo que desea contarme.

—Exactamente eso que está pensando. -Está Vd. despedido.

—Pues no le va a quedar más remedio que esperar hasta el miércoles para que mis abogados analicen las condiciones que me va a proponer para mi marcha, entonces ya le diré si me parece bien o si piensan emprender algún tipo de acción legal contra Vds., antes de ultimar mi marcha de la empresa.

—Creo que entre nosotros no hay mucho más que hablar, me acaba de dejar muy claro lo que se podía esperar de Vd., en caso de haber querido alargar más esta situación.

—Yo también desde hace algún tiempo venia pensando más o menos lo mismo, que algo había que hacer. Espero el finiquito y ya le diré lo que mis abogados me indiquen. Buenas tarde. 

—Buenas tardes.
 
Federico salió del despacho dando palmas con las orejas y hasta haciendo unos saltitos de claqué por la calle. Ese viernes saldría a cenar con su mujer a un buen restaurante. Gracias a la Blackberry iban a cobrar una suculenta indemnización, al tiempo que le comunicaban los detalles de las condiciones de su nuevo puesto de trabajo.

CL110324Blackberry
Rafael Moreno Horcajada

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